Son exvotos que una familia, una sola persona o incluso una comunidad promete al Santo a cambio de una gracia a recibir o recibir.
Se preparan en las casas de los devotos que permanecerán abiertas al público durante todo el día. Es costumbre que participen extras, para representar las figuras de la Sagrada Familia. En el centro se sientan San José, el Niño Jesús y la Virgen.
Están engastados con preciosas puntillas, sábanas e imágenes de la Sagrada Familia. Cada visitante es libre de degustar las delicias puestas a disposición por el propietario, que prepara pan con formas particulares.
Además de este manjar absoluto, las mesas se llenan de primeros platos, como pastas condimentadas de diversas formas, quesos, brócoli, cardos y otras verduras dulces fritas como cannoli, cassate, pignolata, cassatelle y babà rellenos de frutas. Los platos principales de estos almuerzos son: Sopa San Giuseppe. Es un delicioso primer plato, ligado a una tradición de solidaridad y de compartir. Con motivo del 19 de marzo, en efecto, las familias sicilianas que habían recibido una gracia se reunieron, preparando grandes ollas de sopa para ofrecer a los necesitados. Se prepara con verduras y pasta.
Pasta co maccu, la deliciosa crema de frijoles. También se encuentra en la versión con cardos y vegetales silvestres.
Pasta con sardinas e hinojo, una auténtica delicia. Los auténticos "mares y montañas".
Otro elemento distintivo de la fiesta son los Altares, que son uno de los grandes tesoros artesanales de Sicilia. Estas cantinas, ricamente dispuestas y decoradas con hogazas de pan de diferentes formas exquisitamente modeladas, están montadas sobre una estructura de madera o hierro con columnas de sustentación hechas de cañas tejidas, que convergen en la parte superior para formar un techo abovedado; el arquitrabe y el friso frontal completan el andamiaje, que está enteramente cubierto de ramitas de laurel.